Se podría describir a El topo como lenta, oscura, seca y
clásica; pero quizás el adjetivo que mejor le cuadra es de ser una película densa,
pero en un buen sentido. Porque el topo tiene múltiples capas, personajes,
escenarios y conflictos. Hay que ser físico nuclear o un verdadero espía para
entender cada cosa que sucede. Es realmente una historia complejísima y se requeriría
verla dos o tres veces para entender un poco más cómo se llega a descubrir
quién es el infiltrado en la inteligencia británica que trabaja para los
soviéticos. Pero en realidad no importa mucho entender que es lo que sucede, ya
que se trata más de una cinta de climas, de sensaciones.
Confusión, oscuridad, amores prohibidos, muerte, todo se
cruza en una atmósfera cargada de misterio, de una espesa nube gris que rodea a estos personajes. Todo se vuelve
una danza oscura, que nunca tiene fin, que es circular, y que muestra mas el
estado de un mundo en el que se mata, se traiciona, pero a su vez se puede
(pero no se debe y de ahí también el dolor) amar. En este sentido es clave el final, uno de los mejores de los últimos años, trágico, triste y bello a la vez.
Por Smiley
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